El Gobierno ha declarado que se encuentra en «estado de máxima alerta» para hacer frente a cualquier posible desorden en los próximos días.
Los tribunales de todo el Reino Unido están dictando una serie de sentencias contra los implicados en los disturbios de extrema derecha que han asolado partes de Inglaterra e Irlanda del Norte esta última semana, entre temores de nuevos actos de violencia previstos para este fin de semana.
En los últimos días ya se han presentado ante la Justicia numerosos casos, y la sentencia más larga dictada hasta la fecha ha sido de tres años de prisión, después de que el mrimer ministro Keir Starmer prometiera que los alborotadores sentirían «todo el peso de la ley».
Disuadir nuevos desórdenes
El Gobierno británico espera que las duras sentencias, dictadas con celeridad, disuadan nuevos desórdenes, mientras crece la preocupación por la posibilidad de que el inicio de la temporada de fútbol, este fin de semana, desencadene nuevos disturbios.
Alimentados por la desinformación en internet, los grupos xenófobos se apresuraron a culpar a las comunidades musulmana e inmigrante del Reino Unido -acusación que desde entonces se ha demostrado infundada- y comenzaron a atacar a comercios musulmanes y de propiedad extranjera de todo el país, así como a particulares.
Desde entonces, la ira se ha disparado, azuzada por agitadores de extrema derecha e incluso por el multimillonario de la tecnología Elon Musk en su plataforma de redes sociales X, sobre falsas acusaciones de parcialidad de los medios de comunicación.
Las cosas parecieron cambiar el miércoles por la noche, cuando la Policía se preparó para otra serie de disturbios, pero en su lugar se encontró con miles de manifestantes pacíficos contra el racismo en las calles.
No obstante, el ministro Nick Thomas-Symonds ha declarado este viernes a la ‘BBC’ que el Gobierno afrontaba el fin de semana «en un estado de gran preparación«, destacando la rapidez con la que los tribunales se ocupaban de los delincuentes y los agentes de policía especializados desplegados para sofocar cualquier disturbio.
En otra entrevista concedida a ‘Sky News’, Thomas-Symonds desaconsejó a la gente asistir a protestas pacíficas contra los disturbios mientras las fuerzas policiales se hayan visto obligadas a hacer frente a la crisis.
«Habiendo hablado ayer con agentes de policía sobre la presión a la que están sometidos y las horas que trabajan, no creo que ayude a los políticos animar a que haya aún más gente en nuestras calles», dijo.
«No obstante, debemos distinguir entre la tradición británica de protestas pacíficas -que forma parte de nuestra política- y el matonismo violento que hemos visto en nuestras calles«, añadió.
Algunos de los detenidos hasta ahora en relación con los disturbios han sido niños de tan sólo 11 años; un chico de 15 años admitió haber arrojado una losa a la cabeza de otra persona y otro de 14 se declaró culpable de disparar fuegos artificiales a la multitud.