El béisbol es un mercado real de oportunidades, no sólo para los que están en las academias organizadas en el país, si no también para aquellos que encuentran una ventana en el sistema universitario de República Dominicana.
La creación de la Liga de Béisbol Universitario abrió esa saludable brecha para más de 100 peloteros estudiantes, que a través de esa vía saltan al béisbol, a una carrera o en otros casos, a las oficinas de algunas de las organizaciones de MLB.
El pasado director y asesor de la LBU, Sócrates Aguasvivas ofrece números, también nombres, de las virtudes que brinda la creación de esta liga, la cual celebra su tercer campeonato.
«Cada universidad privada tiene una tarifa diferente debido a su matriculación», explica Aguasvivas.
«Entonces las becas oscilan entre los 300,000 a 600,000″, agrega. En algunos casos más de «300,000, casi 400 mil pesos y algunas, por ejemplo, la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) donde una beca completa supera fácilmente los 600 y 700 mil pesos». Te puede interesar
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Otro referente es el recinto universitario al cual sirve: «En el caso de Unapec, el promedio son 550,000 por beca completa».
Varios dominicanos se encuentran en el sistema universitario de los Estados Unidos, gracias al programa Dream Big, que dirige Johan Ramírez. Bajo esa vía, existe la posibilidad de que entren al béisbol organizado bajo un draft.
La diferencia es que más del centenar de dominicanos, lo puede hacer en su propio país.
Dentro de las facilidades que ofrecen las universidades dominicanas están la colegiatura, la matrícula, cubiertas casi o del todo completas. Sobre los libros, ya prácticamente no se usan «como antes», para eso cuentan con la biblioteca, que está incluida, la cual es digital y también se incluyen los laboratorios. «Entonces el estudiante tiene una facilidad completa», especifica Aguasvivas.
Flexibilidad de grado
El estudiante atleta tiene «una facilidad total en materia de estudio«, destaca Aguasvivas, creador de esa liga.
Existen otras ventajas, las becas deportivas son condescendientes a la realidad del estudiante «con el tema del índice», explica el dirigente.
Las universidades no son «tan exigentes como cuando se trata de una beca académica, porque el deportista de alto rendimiento se entiende que tiene que entrenar y existen más facilidades para él».
La eficiencia terminal
El término es conocido como la proporción de alumnos que logra finalizar cada nivel educativo con respecto a otros que comenzaron sus estudios ciclos atrás.
El número arroja resultados positivos, observa el promotor deportivo.
«Esa estadística se llama eficiencia terminal«, apunta. «Entonces, el porcentaje está por encima del 90% de los muchachos que comienzan y terminan en las universidades privadas».
La cifra «ahora mismo supera los 150» estudiantes atletas (peloteros) que están en el sistema de becas.
Entre las universidades que ofrecen esos programas de estudios están la Pucmm, Utesa, Unisa; Ucateba, O&M, Unapec, Ufhec, ITLA y UCE.
«De los 225 que están jugando (en el torneo), hay más de 150 que tienen alguna beca, porque no todas son completas. Hay unas con 50 o un 75 por ciento de colegiatura«, indica Aguasvivas.
El salto
Como resultado, el dato más significativo, y que Aguasvivas, no vagamente considera «interesante» es el peso de calidad que logran, si se quiere, los más aventajados. «De varias universidades, especialmente de Unapec, muchos estudiantes que terminaron, pasaron por el equipo, jugaron, y hoy en día son ejecutivos o scouts de equipos de Grandes Ligas».
Entre ellos: Anthony Roa, que está con Los Guardianes de Cleveland y es mánager de Granjeros de Moca, en la Liga de Verano; Guillermo Matos, parte de los Marlins de Miami y también Henry Pujols.
La UASD, el gran ausente
Era muy tradicional, décadas atrás, pero la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) es el gran ausente del torneo. Aún así, Johan Ramírez les ofertó una fórmula, aún cuando no estudió en esa casa de estudios. «Me apena mucho que un ícono así no esté en el torneo», dijo Ramírez, ejecutivo de Dream Big. Se desconode si procede, pero «puedo ofrecer a mis jugadores y mi programa para que represente a la UASD, sin costo alguno», planteó. En su oferta, pondría los jugadores, la utilería, «pongo todo» y en el caso de que la academia estatal quiera aportar 10 peloteros, Ramírez no se cierra: «Sí, también acepto».