Ministerio de Hacienda advierte sobre los efectos de la estrechez fiscal

En el período enero-septiembre de este año, el Gobierno reportó ingresos por RD$908,062.5 millones y gastos por RD$994,174.9 millones, lo que significa un 74.1% del Presupuesto vigente, el cual asciende a un billón RD$225,014.7 millones.

En este período, el Ministerio de Hacienda registró pagos de intereses de la deuda pública por RD$198,867.3 millones, de los RD$263,816.8 millones asignados para esta partida para este 2024, lo que significa que el devengado para este rubro alcanzó el 75.4%. Este monto equivale al 2.7% del producto interno bruto (PIB) estimado.

En este tramo, según datos publicados por la Dirección General de Presupuesto, de Hacienda, el gasto de capital apenas ha sido de 1.5% del PIB, que serían alrededor de RD$108,772.4 millones ejecutados de los RD$206,567.4 millones presupuestados para todo el año.

Dentro del gasto corriente, las remuneraciones y contribuciones devengadas a septiembre sumaron RD$230,816.8 millones de los RD$340,347.4 millones asignados en el Presupuesto de este año, lo que equivale al 67.8%. El monto ejecutado en esta partida equivale al 23.2% del gasto total ejecutado entre enero y septiembre de este año.

Según el reporte, el pago de intereses, tanto para la deuda interna como externa, sumó RD$198,056.7 millones, mientras que las comisiones y otros gastos bancarios relacionados con el endeudamiento sumaron otros RD$810.5 millones.

El ministro de Hacienda, Jochi Vicente, en su alocución ante la Cámara Americana de Comercio (AmchamDR), expresó que la estrechez fiscal es el verdadero dolor de cabeza del gobierno. Está consciente de que la deuda pública no puede seguir incrementándose en la forma en que ha venido sucediendo en los últimos años.

Dijo que, a pesar de la necesidad de endeudarse durante la pandemia, el gobierno ha logrado controlarlo y que en 2023 “entró en un cierto plató”, por lo que habrá que ver cómo se termina en este 2024, aunque estima que podría finalizar igual o ligeramente superior a la del año pasado. “Esto tenemos que controlarlo”.

El ministro de Hacienda considera que República Dominicana no tiene un problema de deuda, ya que cuando se analiza el nivel de endeudamiento del país, en comparación con los pares de América Latina y en la calificación de riesgo, realmente está en el promedio.

A su entender, lo que sí hay es una situación con el peso de los intereses que esa deuda genera y presiona sobre el presupuesto nacional. El enfoque, señala, es llegar al BBB-, que es grado de inversión, para lo cual hay que desmontar el 23.4% que representa el pago de los intereses de la deuda de los ingresos tributarios.

Afirma que lo esperado es bajar esa proporción al 10% y que la única forma de hacerlo es proveyéndole al sector público de más ingresos, ya que, de lo contrario, el gobierno seguirá operando con déficit, la deuda seguirá creciendo y, por consecuencia, los intereses cada vez más serán mayores en términos relativos y absolutos.

Sostiene que el dolor de cabeza para el Ministerio de Hacienda, dada la estrechez fiscal que hay, está en que el gasto público total se va a incrementar para 2025 en cerca de RD$65,000 millones, pero los intereses se llevarán el 53% de ese aumento. Explica que cuando se asigna el 4% del PIB a la educación, que son RD$28,000 millones, lo que quedan son aproximadamente RD$2,500 millones para todo lo demás.

Otra variable a considerar es que, en cuanto a los ministerios de Defensa y de Interior y Policía, el presidente Luis Abinader ha cumplido su palabra de mejorar la calidad de vida de los agentes policiales y militares en lo que respecta a que su salario mínimo sea de US$500 mensuales. Sin embargo, refiere, esto tiene un impacto en el Presupuesto porque para el año próximo se requieren RD$15,960 millones adicionales, pero sólo quedan alrededor de RD$2,500 millones.

Explicó que las transferencias al Banco Central, por la política de cumplimiento que ha seguido el Gobierno a la fecha de asignarle el 0.6% del PIB, se incrementan en RD$4,119 millones, y así sucesivamente las demás partidas. Esta situación, indica, obliga al recorte de RD$23,000 millones a otras instituciones públicas.

Esta situación, alega, es extremadamente difícil porque se trata de someter al sistema a un nivel de estrés que no es razonable. Lo dice porque si bien hay áreas donde debe operarse con una mejora en la calidad del gasto, la mayoría de las instituciones lo que está requiriendo son incrementos de presupuesto para cumplir sus funciones.

Justificación

El funcionario refiere, y dice sin temor a equivocarse, que las reformas tributarias realizadas se han presentado como la necesidad de incrementar los ingresos, pero sin una comunicación clara de en qué se van a usar los recursos.

Detalló seis grandes áreas en las que el Gobierno destinará los recursos generados por la reforma fiscal que será presentada próximamente. Lo primero será la seguridad ciudadana, ya que es una aspiración de todos profundizar los niveles de seguridad, ya que es un tema que debe atacarse, a pesar de que República Dominicana no está entre los más inseguros de la región.

Explicó que es necesario impartir más de 28 millones de horas de instrucción a los policías y militares, tanto nuevos como existentes, remozar 300 destacamentos policiales, construir 116 nuevos cuarteles, un centro de comando para la seguridad ciudadana, adquirir 1,248 motocicletas para que los agentes puedan transportarse y comprar 792 camionetas especializadas. Indicó que el país necesita al menos 20,000 nuevos policías en los próximos cuatro años y todo lo que ello implica en términos de presupuesto.

A la lista se agrega, informó, la necesidad de comprar 32 drones especializados, 416 paquetes tecnológicos para infraestructura 800 cámaras vehiculares y así sucesivamente, para lo cual se estima un presupuesto de RD$52,170 millones.

El próximo punto, según Vicente, es el transporte público. En este orden, mencionó el Tren Metropolitano de Santo Domingo y el que iría a San Cristóbal, el tranvía de Santo Domingo y la línea de teleférico. El impacto de estas inversiones, explica, es que habrá menor congestión en el tráfico. “Estas son inversiones que no pueden postergarse. Todos sabemos y sufrimos la problemática del transporte en la capital, pero para hacer el Metropolitano son RD$14,000 millones por año sin contar la operación, ya que esto es sólo para la construcción”, dijo.

El ministro de Hacienda destaca que la próxima área donde serán destinados los recursos de la reforma es a salud, ya que es fundamental impulsar la atención primaria por el lado del régimen subsidiado, ya que hay una población de 5.8 millones de ciudadanos que tendrán acceso a tratamientos preventivos. Uno de los beneficios de su implementación, explica, está en el acceso universal a la salud, para lo cual se necesitan RD$10,870 millones por año.

El otro gran elemento o destino de los recursos de la reforma, de acuerdo con Vicente, son los gobiernos locales. Explicó que los ciudadanos saben de la existencia de la ley que asigna un 10% de los ingresos corrientes del presupuesto a los ayuntamientos, pero que “el papel lo aguanta todo”. Sin embargo, refiere que, a pesar de la estrechez fiscal, se ha subido la asignación a alrededor de 2.25%, mientras que la idea es llevar eso al 3.0%, que serían otros RD$11,000 millones.

¿Por qué la reforma?

Explica por qué se requiere una reforma fiscal y que, a su entender, tiene dos grandes razones: la primera es que el Estado necesita recursos para proveer los servicios y las prioridades de la población que están siendo demandadas día por día. La segunda, atada a la cita, es que la reforma es necesaria para evitar que la deuda siga creciendo.

Al explicar cómo es que esto opera en el contexto de la economía y las finanzas de República Dominicana, Vicente señala que este país es el cuarto de la región con el gasto público más bajo. Al compararlo con el mundo, indica que de los 194 países publicados en el Fondo Monetario Internacional (FMI), “nosotros estamos en el puesto 168 y permítanme leerles los compañeros nuestros en ese grupo: Sudán, República Centroafricana, El Congo, Indonesia, Guinea Ecuatorial, Camerún, Camboya, Madagascar, Afganistán y Singapur, que es la excepción que confirma la regla; Laos, Guinea, Guatemala, Nigeria, Venezuela, Irán, Bangladesh, Etiopía, Líbano, Yemen, Haití y Somalia”.

Señala que al único país de los mencionados al que República Dominicana quisiera parecerse es Singapur, lo que, en cierto modo, esto lo que hace es desenmascarar la realidad de las finanzas públicas. A su entender, con este nivel de gasto público es poco lo que se puede hacer para atender las prioridades de la ciudadanía en la velocidad y magnitud requeridas.

La principal consecuencia, señala, es que la deuda pública ha crecido, ya que no se le puede pedir a ningún gobierno, como lo dice Jairon Severino en su artículo, “que me dé todo aquello, pero que no incremente la deuda ni incremente el déficit”.

Refiere que cuando se analiza la trayectoria de la deuda, a propósito de esta situación, es que ha ido creciendo de manera sostenida en el tiempo, ya que ha sido la forma en que los diversos gobiernos (dicho sea de paso, todos de alguna manera han operado con cierta prudencia fiscal) han decidido no expandir el déficit más allá de lo que se considera razonable.

Llama la atención que luego de 20 años en esta situación, todo llega a un límite. Entiende que la deuda no puede seguir incrementándose de la forma en que ha venido sucediendo. “Hemos logrado controlar el tema de la deuda. Fíjense que ha decrecido (relativamente) y ya en 2023 entramos en un cierto plató y veremos cómo terminados en 2024 o quizá ligeramente superior”, dice.