El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha instado a la comunidad internacional a presionar a Hamás para alcanzar una tregua en Gaza, en la víspera de su reunión con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, quien llegó a Israel el domingo por la tarde.
Este es el noveno viaje de Blinken a Oriente Medio desde que comenzó el conflicto hace más de diez meses, tras un ataque del movimiento islamista palestino Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre.
Este lunes, Blinken se reunirá por separado con Netanyahu, el ministro de Defensa Yoav Gallant y el presidente Isaac Herzog, antes de partir hacia Egipto el martes, según un funcionario que lo acompaña.
Previo a la llegada de Blinken, Netanyahu solicitó que la presión internacional se dirija hacia Hamás y no hacia el gobierno israelí. Criticó el «obstinado rechazo» de Hamás a acordar un cese al fuego y destacó que, aunque Israel está dispuesto a ser flexible en algunos aspectos, se mantiene firme en los principios esenciales para su seguridad.
Las negociaciones indirectas para una tregua entre Israel y Hamás se reanudarán la próxima semana en El Cairo. Los mediadores, incluidos Estados Unidos, Catar y Egipto, han reportado avances tras una primera ronda de conversaciones en Doha, y los negociadores israelíes se muestran «moderadamente optimistas».
Un funcionario estadounidense que acompaña a Blinken declaró que los mediadores creen que los obstáculos anteriores pueden ser superados. El presidente estadounidense, Joe Biden, afirmó el viernes que un acuerdo estaba «cerca», aunque Hamás considera que esta afirmación es una «ilusión» y rechaza las propuestas revisadas, exigiendo la implementación del plan presentado por Biden a finales de mayo.
Durante su visita a Israel, Blinken tiene como objetivo «concluir el acuerdo de alto el fuego y la liberación de los rehenes y detenidos», según el Departamento de Estado. El plan propuesto por Biden incluye una tregua inicial de seis semanas con la retirada israelí de zonas densamente pobladas de Gaza y un intercambio de rehenes por prisioneros palestinos en Israel, seguido de una retirada total de las tropas israelíes.
Además de buscar una tregua en Gaza, los mediadores también intentan reducir la tensión en el resto de Oriente Medio. Irán y sus aliados, incluidos Hezbolá, han prometido vengar la muerte del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en un ataque atribuido a Israel en Teherán el 31 de julio, un día después de la muerte del jefe militar de Hezbolá en un bombardeo israelí cerca de Beirut.
Desde el inicio del conflicto el 7 de octubre, milicianos islamistas han matado a 1,198 personas en su mayoría civiles y han secuestrado a 251 en el sur de Israel, según datos oficiales israelíes. De los secuestrados, 111 permanecen en Gaza, aunque 39 han sido declarados muertos por el ejército israelí.
La ofensiva israelí en Gaza ha provocado al menos 40,099 muertes, según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás, sin especificar cuántos son civiles y cuántos combatientes.
En el terreno, la ofensiva israelí continúa durante las negociaciones. La Defensa Civil de Gaza reportó el domingo al menos 11 muertos en bombardeos en Jabaliya y Deir al Balah. Testigos informaron sobre el sufrimiento de civiles y desplazados, con imágenes mostrando a palestinos huyendo de áreas cercanas a posiciones de tanques israelíes.
La guerra en Gaza ha causado una grave crisis humanitaria, desplazando a la mayoría de los 2.4 millones de habitantes del territorio palestino.