86% de personas con discapacidad cree que IA mejoraría su calidad de vida

Aunque el 86 por ciento de personas con discapacidad cree que la Inteligencia Artificial (IA) puede mejorar su calidad de vida, solo el 40 por ciento los usuarios afirma haber experimentado mejoras reales en su día a día y su autonomía derivadas de esta tecnología, lo que pone de manifiesto la necesidad de continuar mejorando la IA y su aplicación.

El informe ‘La inteligencia artificial desde la perspectiva de las personas con discapacidad’ elaborado por la Fundación Randstand, analiza el uso, las percepciones y las barreras que encuentran las personas con discapacidad en relación con las tecnologías de IA aplicadas a diversos campos, ya sea la vida diaria, la comunicación, el aprendizaje, la movilidad y el empleo.

Uno de los principales puntos que recoge el estudio es la capacidad que tiene esta tecnología para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, respecto a lo que se muestra una visión «predominantemente positiva», dado que el 86 por ciento de los encuestados valora que la IA puede mejorar su día a día a nivel general.

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Siguiendo esta línea, el 45 por ciento de estos usuarios considera que la IA puede impactar en su calidad de vida de forma significativa, mientas que el 41 por ciento, señala que la mejora será «moderada». El informe también puntualiza que el 53 por ciento de los encuestados piensa que la IA sirve especialmente para mejorar tareas específicas.

USO DE LA IA EN EL APRENDIZAJE Y FORMACIÓN

Respecto a las principales áreas en las que se emplea la IA para ayudar a la discapacidad de los usuarios, los encuestados han apuntado principalmente (62%) a su uso en el aprendizaje y la formación.

Esta tecnología también se emplea comúnmente en el entretenimiento (56%), la comunicación y el trabajo (55% en ambos casos), la creación de contenido (54%) o la gestión personal (53%).

La fundación también recoge en su informe que el 82 por ciento de las personas con discapacidad preguntadas tienen «una actitud positiva» frente esta tecnología. Teniendo esto en cuenta, los usuarios han subrayado beneficios como el fácil acceso a la información y a los servicios y mejoras en la educación y la formación.

BRECHA ENTRE EL IMPACTO PORTENCIAL Y REAL DE LA IA

No obstante, solo el 40 por ciento de los participantes en el informe ha afirmado encontrar mejoras en su calidad de vida y en su autonomía, lo que refleja una «brecha importante» entre el impacto potencial y el real de la IA en la vida de las personas con discapacidad, tal y como ha reflexionado la directora de la Fundación Randstad, María Viver.

Viver ha señalado la importancia de continuar trabajando para «paliar este impacto negativo», haciendo referencia a continuar formando en IA a los usuarios, y aplicar de forma efectiva esta tecnología en los distintos procesos que llevan a cabo en la fundación.

A pesar de todo ello, un 28 por ciento de los encuestados afirma no estar seguro de los beneficios de esta tecnología. En este marco, los usuarios discapacitados han matizado algunas dificultades encontradas con respecto a la adopción de la IA en su día a día.

Por ejemplo, el 54 por ciento de los encuestados han señalado que, a la hora de comenzar a utilizar esta tecnología, encuentran impedimentos como la falta de conocimiento o información. El 50 por ciento también han señalado como obstáculo la «insuficiente capacitación» para adoptar la IA.

El informe también puntualiza que al 38 por ciento le preocupan cuestiones relacionadas con la privacidad y la seguridad. Además, el 28 por ciento de los usuarios discapacitados identifica la falta de recursos económicos como otro de los obstáculos más significativos, dado que, en algunas ocasiones, para acceder a tecnología impulsada por IA es necesario utilizar dispositivos con precios elevados.

Teniendo todo ello en cuenta, el informe concluye que la IA es percibida por las personas con discapacidad como una herramienta que puede facilitar la vida y las tareas cotidianas, pero que todavía tiene obstáculos que impiden que su impacto real en la calidad de vida sea mayor.