Nigerianos de todo el espectro religioso rechazaron este lunes las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, de intervenir militarmente a raíz de los supuestos asesinatos de cristianos en el país.
Nigeria, el país más poblado de África, está prácticamente dividido entre una parte sur mayoritariamente cristiana y una mitad norte de mayoría musulmana. Su territorio es escenario de multitud de conflictos, en los que, según los expertos, pierden la vida tanto cristianos como musulmanes.
Pero las denuncias de una «persecución» de cristianos en Nigeria hallaron mucho eco en la derecha europea y estadounidense en las últimas semanas.
«Los cristianos están siendo asesinados, no podemos negar el hecho de que los musulmanes [también] están siendo asesinados», señaló a AFP Danjuma Dickson Auta, un líder comunitario, de confesión cristiana.
Trump afirmó este fin de semana, en redes sociales, que había pedido al Pentágono que planificara un posible plan de ataque.
Cuando un periodista de AFP le preguntó, a bordo del Air Force One, si estaba considerando desplegar tropas en tierra o recurrir a bombardeos aéreos, Trump contestó: «Podría ser, quiero decir, muchas cosas; contemplo muchas cosas».
«Están matando a los cristianos, y los están matando en grandes cantidades. No vamos a permitir que eso suceda», añadió.
Cristianos muertos
Auta, de 56 años, es oriundo del estado de Plateau, donde cristianos y musulmanes conviven desde hace mucho.
En Plateau se ha producido un repunte de la violencia, en momentos puntuales, como con los disturbios sectarios que estallaron en la capital, Jos, en 2001 y 2008.
En los últimos años, Plateau y otros estados del «cinturón medio» de Nigeria (el centro del país) han sido escenario de mortíferos enfrentamientos entre agricultores, mayoritariamente cristianos, y ganaderos de la etnia fulani (también llamados «peul«), musulmanes, por cuestiones de tierra y recursos.
El conflicto ha dejado pueblos arrasados y numerosas muertes, sobre todo entre los agricultores.
Ataques a menor escala contra ganaderos, incluyendo matanzas por ajustes de cuentas de personas de etnia fulani, al azar, o de sus animales, no suelen dar lugar a tantos titulares, ni en la prensa local ni en la internacional.
Aunque a menudo se achaca la violencia a razones étnicas y religiosas, los expertos afirman que la raíz del problema se encuentra en la mala gestión de las tierras y la policía de las zonas rurales.
En Plateau, hay quien, harto de la violencia, ha echado mano de palabras como «genocidio», aunque más bien en términos étnicos y no religiosos.
Aún así, en los últimos años, grupos separatistas del sureste del país han denunciado un supuesto «genocidio cristiano».
El gabinete Moran Global Strategies, radicado en Estados Unidos, hizo presión a favor de los separatistas este año y asesoró al personal del Congreso estadounidense sobre lo que calificó como «persecución» cristiana, según los folletos que repartió.




